Una tierra sin Memoria

"Casi cinco siglos de destrucción sistemática y obliteración cultural han contribuido a la desaparición de tumbas, centros religiosos, poblados y también a la extinción de las artes. No hay excusa para quienes pudieron desde sus lugares tratar de frenar ese proceso de involución cultural. No hay excusa por que vastas generaciones hemos crecido en la equivocada creencia que nuestros indios eran seres bárbaros y sin inteligencia alguna.
Pero la verdad aflora siempre y allí están para reafirmar su alto valor estético algunas muestras del arte cerámico, de la escultura en piedra y los tejidos precolombinos que desde el silencio nos golpean con su callada y misteriosa belleza.
¿Qué hubiéramos sido, si hubiéramos podido ser en toda nuestra plenitud? Podemos todavía, sin embargo, tratar de reconstruir desde las tinieblas las historias de los pueblos de los que ni siquiera sus huesos has sido respetados". TEXTO Nº 7 TAKI ONGOY Victor Heredia

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Nuestra amiga Norma Ester Montenegro nos envía estos versos de su autoría para compartir con todos nosotros ¡Gracias Amiga!

Hermano aborigen

Al encontrarte indio hermano
en reservas confinado,
me pregunto ¿qué ha pasado?
con tu quehacer cotidiano.
Eres hábil artesano
pues de tus manos salieron,
las reliquias que sirvieron
para adornar los estantes,
en museos importantes
que donadas recibieron.

Te rescato en la semblanza
primigenia de la historia,
donde está tu trayectoria
ligada al arco y la lanza.
Tu canto era una alabanza
a la tierra y su belleza,
disfrutabas la entereza
de vivir en libertad,
regía tu voluntad
la madre naturaleza.

A la vera del camino
formas parte del paisaje,
amparado en el coraje
de soportar tu destino.
En este suelo Argentino
donde ayer eras el dueño,
se ha vuelto vano tu empeño
por conservar la cultura
de tu raza, en la postura
inobjetable de un sueño.

Te hallas hermano aborigen
casi en vía de extinción,
¿esa será la intención
de los que ufanos dirigen?.
Las penurias que te afligen
llevan centurias de espera,
nadie encuentra la manera
de terminar con la afrenta:
no gravitas en la cuenta
de la equidad valedera.

Han borrado tu pisada
de la pampa, de los valles,
con trampas cuyos detalles
son una deuda olvidada.
Quedan sólo en tu mirada
atisbos de rebeldía,
que han de lograr algún día
manifestar su mensaje,
sobreviviendo al viraje
de la justicia tardía.

Norma Ester Montenegro