La tardecita está lindísima, entonces aprovecho y saco una silla al sol para tomarme unos amargitos en La Matera de Guido, no pude traer la tortas negras porque solo como las de La Espiga de Oro... entonces me pongo a pensar que mi amiga debe estar triste con el zarpazo felino de ayer, y otra vez el Taladro me la está haciendo sufrir, ya vendrán tiempos mejores, pienso, el torneo es largo y todavía se puede recuperar...
Caigo en la cuenta que entramos en Septiembre, el mes de la primavera, que ya viene pintando y acorta un poco este crudo invierno, que en Mar del Plata se hace largo... y también regreso al pasado, que rápido se vuela el tiempo!!!.
Este es el mes de Nuestra Patrona y este año la encuentra una vez más en su casa de siempre, pero pintada y arreglada, con techo nuevo, con veredas sanas y con macetas que lucen petunias y pensamientos, este año el sagrario está lustradito y reluciente, el altar tiene cara nueva y todos los Santos están en un lugar mejor, las estaciones del Calvario están restauradas y hasta los viejos bancos parecen nuevos. Este año Nuestra Señora despliega su belleza en el ala izquierda del altar, protegiendo nuestro Pueblo, preservando nuestra memoria y nuestra identidad. Este año la casa de los cristianos tiene olor a nuevo, pero conserva ese aroma de cuando tomamos la Primera Comunión, de las tardes de Catecismo y de la Misa de los domingos porque este año Nuestra Señora resplandece renovada en el espacio de siempre pero con esa mezcla incuestionable de estreno y de nostalgia que solo nos aporta esa noción entre lo distante y lo presente.
Y, para los que todavía no han podido acercarse a la Iglesia y disfrutar con solo mirar su cambio, les dejo unas fotos para ir adelantando la emoción de cuando la puedan ver, renovada y más linda que nunca. Un abrazo y un matecito a la salud de todos, porque con mate también se puede brindar!!! o no?