Yo no vuelvo, por que nunca me voy, pero para que puedan comprender lo que sigue necesito decirles que hace apenas poco más de veinticuatro horas “con un alita herida” regresamos a Banfield, mis fantasmas y yo. Allá, en el km. 248 de la autovía 2, quedaba General Guido, El pueblo que me heredaron, dónde un día La Gallineta se instaló para almacenar la memoria, dónde sin pedir nada, ¡ni yerba!, abrimos otra ventanita virtual La Matera, un espacio para hablar de cosas que pueden interesarnos, y ayudarnos a crecer como personas.
Hoy, exactamente a las 07:10 de la mañana, sonó el teléfono y la voz de Marilu me dijo que Edgardo Gascue había muerto... y mi alita terminó por romperse.
Pero como alguna vez escuche decir al periodista español Jesús Quinteros, “estamos hechos para volar, tenemos la obligación de remontar vuelo…así que entre astillas y huesos, entre llantos de arena y aguaceros de vidrio, un par de aletazos. Y arriba” me dije.
Esto de escribirle a Guido, nació por vos Edgardo Gascue, después de la última charla que compartimos alli en casa, mientras saboreábamos ese corderito que estaqueado en el asador parecía pedirnos clemencia. Empezó por vos y para vos, Edgardo Gascue, que repetías una y cien veces los versos que mi padre le había dedicado a Gral. Guido, que los volviste a decir en la cocina de casa, el último domingo de agosto cuando pasaste por alli con tu familia, tu nieto y me llamaste… y te escuche bien, y te conté que iría para el 24... y Marilú me contó que en la cocina recitaste otra vez los versos de Madrid. Esos versos que repetías con la solemnidad de un rezo en la cabina del camión, cuando ibas y volvías sumándole kilómetros en tu vida, para que los Ex Residentes, entre ellos mi padre, tuvieran su fiesta.
Esos versos resonaban en mi cabeza,esta mañana, al tiempo que Marilu me decía: "Gesio, no viajes, recordá los buenos momentos... y una oración será suficiente…
Entonces te imagine viajando, el viento ondendo la lona verde que cubre el semi, que tracciona el rojo Mercedes y en la cabina vos,
Gascue, vas repitiendo
“Yo he nacido en estos pagos /por eso de tanto en tanto,/ vengo a verlos ando y ando/ y al recorrer la barriada/ me entristezco al ver que nada/ de otros tiempos va quedando…
Y andaba con mi tacita de café recorriendo, mis plantas, el patio y de pronto… di ese par de aletazos necesarios y aquí estoy para decir lo que siento, por que para eso se abrió este espacio.
Edgardo Gascue estará siempre en nuestro corazón, como en esta foto, diciendo… “Por eso te canto Guido/ pueblo de mi mocedad/ si tu recuerdo se va borrando en tantas ausencias/ para mi sos la querencia /que nunca podré olvidar”.
Yo aqui, haciendo lo que puedo. Casi que iba a aceptar, mi derrota, pero a la cuenta de nueve me puse de pie y vuelvo a sentarme frente a este teclado y a escribirles, porque vale la pena intentarlo una vez más.
Pienso a Guido como un asalto de esgrima, me han herido, pero aún me quedan posibilidades, vence el primero que consigue cinco tocados válidos, tres son los asaltos, cada asalto dura seis minutos. Sigo en carrera entonces... para vencerme deberían herirme otras cuatro veces… y no va a ser tan fácil la próxima vez.
El sábado 22/9 llegué al pueblo, me esperaban las llaves de casa en manos de Toto, quien me acerco hasta lo de Villar, desde allí seguí hasta Belgrano 356. Supe muy pronto que Zaira, tampoco estaba, y digo tampoco por que Marilu se encontraba en Olavaria y Juliana en Madariaga. Descansé, recibi visitas, pase por el cementerio, cocine para Juliana... pero Yo quería visitar el Museo, recién pude dar una vuelta el día lunes al mediodía y después de que alguien respondió al llamado insistente de Marilu y trajo las llaves. Cuando el manojo de llaves llegaba yo estaba de visita en casa de los Guebara tal como se lo había prometido a Maria Bernarda, y saben el tiempo vuela cuando uno se siente cómodo. Charlamos con Parroca y Don Humberto, “Guebarita, mi lecherito” decía María Madrid, cuando lo nombraba. Para mi, hoy, Don Humberto, memorioso como pocos recordó “un bolazo” de Don Bernabé, mi abuelo, nos reímos un rato, después con "esa foto" que Marilu le había dejado para que le descubriera quienes eran los fotografiados en “esa yerra”, informada en el anverso y seguramente sin errores, regrese a casa, de allí al Museo, dos cuadras y piquito, después de intentar con todas y cada una de las llaves, igual que en aquel programa de los Domingos, (pero el día lunes) la puerta se abrió para mi paso, como en el tango. Y fue allí donde se desarrollo el primer y único asalto, de este lance de esgrima "ellos, los siete", florete en mano me esperaban en la sala iluminada por la luz que se filtraba por los ventanales, no me dieron tiempo a cubrir mi guardia, la estocada fue directamente a mi lado izquierdo. Tocada, busque y busque los libros que había enviado para la muestra del día del Maestro, pero no estaban. Quede fuera de combate... No dije nada para no herir a Marilu.
Pocos días antes de la inauguración del Museo, en Semana Maipuense apareció una nota pidiendo colaboración, mande una carta, no tuve respuesta, envié material para el día del maestro, y ahora veo que… no lo aceptaron…siento que no me aceptan a mi. ¿Por qué?, si yo no pido nada a cambio, si ni siquiera aceptaría que figure mi nombre al pie. ¿Por qué entonces no aceptar mi colaboración? .Ya no tiene importancia, de veras, ya no importa. Pero voy a decirles lo que pienso, lo que siento.
El Museo es un espacio de integración, no dejare de repetirlo, cerrado, semi vacio, no es nada, es igual que la maqueta que lo muestra, "cartón pintado", el futuro anfiteatro, y los edificios por construir completaran el complejo y está bueno, ¡buenísimo! pero cerrado, esperando las llaves, "cartón pintado". Aceptar la ayuda que estamos ofreciendo desinteresadamente, seria un paso y publicitarlo con una gigantografia en la entrada al pueblo, invitando a los viajeros a detenerse y visitarlo sería ponerlo en movimiento.
Pase sin dejar huella, no pude firmar por que no llevaba lapicera y tampoco había… ¡muchachos! “los pequeños detalles hacen las grandes diferencias”..., igual el espacio Museo es hermoso, los felicito, de corazón, se han cuidado todos los detalles del reciclado, los colores elegidos lo hacen cálido y a pesar de "la estocada", lo recorri, sali al patio y senti que me pertenecia.
Después fue la Procesion, la Misa, la Reunión en la sacristía, por supuesto que las fiestas no son aquellas de antaño cuando la banda llegaba en tren desde Madariaga contratada por el Municipio y sonaba en la Plaza, los tiempos han cambiado y está bien, pero, son las Fiestas Patronales y el pueblo debe lucir como mínimo embanderado unos días antes, y ¡por favor! no culpen de la falta de ornamentación, también al Intendente, que dicho sea de paso, estaba allí, solo, ocupando su lugar durante la Misa y después participando en la reunión.
En cualquier lugar, durante las Fiestas Patronales, al Alcade, al Intendente lo acompañan sus secretarios…, sus colaboradores...Pero ¡quién soy yo! para hablar de protocolo, de ornamentación, se preguntan ustedes? Igual que Ustedes yo soy una contribuyente. Pero tranquilos... no voto en Guido, y pocos son los que pueden leer esto.
La Iglesia, linda como hacia tiempo no la veía, estrenando techo, pintura, vereda y arenado de frente, faltaba el Padre Manolo Castiñeira, promotor de esos arreglos tan demorados, tan necesarios, pero el padre Roberto, llego de Dolores para recordarnos que la voz de Nuestra Señora nos recibía susurrando en nuestro corazones "bienvenidos hijos a la casa del Señor". Pero "ellos" también susurraban.
Yo estaba ubicada al final, cerquita de la puerta y podía verlos, ahora estaban allí, disimulados en bolsillos, carteras, camperas, sacos, chales, asomando, asechando, ellos, los que encienden las hogueras que los queman, los que murmuran en sus oídos, los mismos que me estoquearon en el Museo estaban allí. Pero tambien alli silenciosas estaban "ellas", las virtudes para vencerlos La Humildad sentada en el primer banco de la izquierda y pegaditas la Paciencia, la Templanza, y un hombre solo, mientras la generosidad ponía la mesa en la sacristía, la caridad abría las puertas, ellos, en las sombras atizaban los fuegos de la hoguera.
Pero también iba a encontrame con estos charquitos donde la esperanza se zambulle…para salir fresca, renovada.
María Bernarda, el mate y la tarde del domingo en casa, el Coro, las Alumnas de guitarra y los Chicos del grupo de danzas que dirige Bettina Gayo. Bien vestidos, los más chiquitos estrenando vestuario que diseñó la propia Bettina y puntada tras puntada cosió Marina Vaz, y bailaron en el atrio sobre esas baldosas nuevas desplegando simpatía. Soportando la baja temperatura no dejaron de sonreir, no pude sacar fotos, hoy dejo sus nombres pero prometo que en pocos días subiré un CD que se comprometieron en hacerme llegar a través de Juliana Martinez, para que todos puedan verlos bailar.
Aquí los nombres de las parejas: Magali Bonavita David Casas;Melody Casas-Sebastian Mapeli; Lucía Ojeda-Tomás Vaz; Sheila Berruti-Tobias Rojas; Joselyn Berruti-Santiago Gayo; Ailen Damore-Alan Rojas. Son el futuro, la reserva de AMIGUSPAJ HÜASI nombre Quechua que significa "Casa de Amigos", y ahora Amiguspaj Húasi en números: ocho(8), son los años que Bettina Gayo viene trabajando, ocho (8), los participantes las bailarinas Virgina Barragán, Giselle Rojas, Sabrina Gonzalez, Maia Miuller los bailarines Julian Vaz, Facundo Recalt, Mariano Gayo, German Gayo. Seis (6) los Festivales donde representaron a General Guido, Las Toscas Mar del Plata, Punta Indio, Balcarce, Mar Chiquita, Dolores, Maipú. En 2006 obtuvieron el 2º puesto en el Certamen Nacional de Folklore de la Ciudad de Dolores. Son buenos bailarines, tienen frescura y sencillez hay que seguir apoyándolos, ¿cómo? En principio aplaudiéndolos, no se olviden que el aplauso es la meta del artista.
Gracias Amiguspaj Hüasi por la Zambita, que me regalaron, gracias por la sencillez y por la simpatía y gracias por "ese charquito" donde pude limpiar la estocada de la tarde…
Gracias María Bernarda por esta ahí, ahora mismo.
Gracias Edgardo Gascue, buen viaje…
Y ahora... a trabajar, que hay mucho por hacer.