A sufrir en la cruz hasta la muerte
forzaron a tu ser escarnecido:
mas gozaron del cielo prometido
aquellos que lograron ofenderte.
No dudaste un instante al ofrecerte
para salvar a todo arrepentido,
en un gesto de amor inmerecido
que transporta a la gloria de quererte.
Asevera la pena del calvario
tu imagen revelada en el sudario.
Te rogamos Jesús fervientemente
nos perdones la afrenta cometida
para llegar a ti sinceramente
con el alma en verdad agradecida.
Norma Ester Montenegro
Byung-Chul Han
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