"Cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano" Eduardo Galeano.

martes, 11 de diciembre de 2007

"No hay coraje sin temor"

De sobra se, ella se resiste a publicar lo que escribe, después de haber leido La Tapera, pedí, algo más, pero se hizo esperar "la Guebara", hasta hoy, que me regala vía e-mail lo que sigue…Lo que voy a compartir con todos ustedes, a sabiendas que me quedo como los perros de Ibarreta… esperando el castigo “abajito” del olivo

Resereando

Trajo mas cardo p´el fuego
y acomodó la tiznada,
avivó la llamarada
y echó pa´ atrás su pañuelo
Amoldó bien su recado
al reparo del rocío
porque el viento con sus bríos
le pegaba de costado,
Hizo girar sus espuelas
y pensó en esta ocasión
que le pediría al patrón
un mancarrón de la estancia
para que con su elegancia
se luciera el redomón

Ensilló la cebadura
y le acomodó la yerba,
escupió la procesión
que de adentro le venia:
tabaco, tumba, galleta,
ginebra, cansancio y caña…
Porque es hombre sin lagañas
Rosendo Juan Ibarreta.

Los perros se acomodaron,
quietitos bajo el olivo,
esperando algún castigo
por lamerle los garrones
a la oveja que los peones
habían puesto al asador

Rosendo se incorporó
pa´ charquearle el espinazo
sacó el facón de la espalda
y le pegó el primer tajo
esquivando la chorreada
de grasa, que a borbotones,
se le caía a la estaqueada
peor que si fueran capones.

Ya se arrimó la peonada
más cerquita del fogón,
y con desesperación
chimanguearon la borrega.
Corría el mate y la galleta
pa´empujar la digestión
porque todo era una farra
por la gala del patrón.

Se puso fresca la noche
y ya era tiempo e´ dormir,
y mañana han de seguir
resereando por los campos,
porque si ha de sentir algo
Rosendo Juan Ibarreta
es que nunca de sotreta
lo habrá de pillar el alba
con la tierra de la pampa
pegada a la camiseta.

María Guebara
(oriunda de General Guido, por si les queda alguna duda)