En los caminos del parque
el sol juega con las sombras,
se agigantan los pasos
con la música de los sueños.
Los pájaros coloridos vuelan,
vibra el encanto,
el placer se dibuja
en los rostros de los caminantes.
Los enormes árboles susurran
cuando el viento los acaricia,
la tierra siente gozo,
danzan las mariposas.
Una luz brillante serpentea
entre las copas frondosas,
en un nido misterioso
suenan dulces melodías.
La serenidad del cielo
se derrama en el paisaje,
las aguas tranquilas del lago
curan la melancolía.
María Griselda García Cuerva.
La mirada de Marianna
-
De niño crucé la mar muchas veces. Deslumbrado descubrí a un escritor
nacido en Verona en 1862, a piratas, a islas habitadas por salvajes. De
niño soñaba e...
Hace 4 días