Bueno ya leí Semana Maipuense, ya pase por La Gallineta, les deje una foto y ahora me vengo a tomar unos matecitos, por que como bien dice Maria, no desisto.
¿Qué tal? ¿Cómo va la vida? ¿Qué se cuenta?... Hay olor a “votaciones” en el aire, quizá a eso se deba que La Matera siga desierta…, siempre es bueno poder elegir. Frente a una comunidad alerta, la indiferencia no tiene afiliados.
Ayer vi la película “Todos los hombres del rey”, me la habían recomendado, y mucho. Es una compleja ficción sobre la naturaleza, el poder, la corrupción, el idealismo, el romance y la traición humanas. La política es el marco de referencia para bucear en el pecado, la culpa y la redención, dilemas de la naturaleza humana. Narra la historia del ascenso al poder de un idealista en el mundo de la política del Estado de Luisiana, EEUU y de las consecuencias que la corrupción tendrá sobre su carrera... Es la adaptación de una novela que Robert Warren escribió en 1946. “La vida va del mal olor del pañal a la pestilencia de la muerte”, dice Sean Penn en el personaje de Willie Star ese político de ficción que comienza siendo un tipo derecho y se va convirtiendo en un demagogo.
Cuando termino la película me quede pensando, ¿Quién tiene realmente, el poder?, ¿tenemos el poder cuando elegimos?… ¿podemos cambiar la historia con nuestro voto?, ¿concedemos cuando plesbicitamos una gestión?, ¿ejercemos nuestra función de fiscales, o solo callamos frente a la inquisición?
Sí, yo soy una Idealista. José Ingenieros (sería bueno volver a leer “El hombre mediocre”) escribió “Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad llevas en ti el resorte misterioso de un ideal”… “Un ideal no es una formula muerta, sino una hipótesis perfectible; para que sirva, debe ser concebido así, actuante en función de la vida social que incesantemente deviene”…
Por eso, a pesar de esta "sensación" que hemos comenzado a compartir, aunque sea ilusorio el resultado, jamás desistiremos mi querida María Guebara… y aprovecho esta entrada para pedirles, a todos, que (si pueden) ingresen a www.greenpeace.org.ar y voten, por la Ley de Bosques.
Ayer vi la película “Todos los hombres del rey”, me la habían recomendado, y mucho. Es una compleja ficción sobre la naturaleza, el poder, la corrupción, el idealismo, el romance y la traición humanas. La política es el marco de referencia para bucear en el pecado, la culpa y la redención, dilemas de la naturaleza humana. Narra la historia del ascenso al poder de un idealista en el mundo de la política del Estado de Luisiana, EEUU y de las consecuencias que la corrupción tendrá sobre su carrera... Es la adaptación de una novela que Robert Warren escribió en 1946. “La vida va del mal olor del pañal a la pestilencia de la muerte”, dice Sean Penn en el personaje de Willie Star ese político de ficción que comienza siendo un tipo derecho y se va convirtiendo en un demagogo.
Cuando termino la película me quede pensando, ¿Quién tiene realmente, el poder?, ¿tenemos el poder cuando elegimos?… ¿podemos cambiar la historia con nuestro voto?, ¿concedemos cuando plesbicitamos una gestión?, ¿ejercemos nuestra función de fiscales, o solo callamos frente a la inquisición?
Sí, yo soy una Idealista. José Ingenieros (sería bueno volver a leer “El hombre mediocre”) escribió “Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad llevas en ti el resorte misterioso de un ideal”… “Un ideal no es una formula muerta, sino una hipótesis perfectible; para que sirva, debe ser concebido así, actuante en función de la vida social que incesantemente deviene”…
Por eso, a pesar de esta "sensación" que hemos comenzado a compartir, aunque sea ilusorio el resultado, jamás desistiremos mi querida María Guebara… y aprovecho esta entrada para pedirles, a todos, que (si pueden) ingresen a www.greenpeace.org.ar y voten, por la Ley de Bosques.
¡Gracias! Por estos amargos, y volveré por que ya lo dice el refrán “El que toma mate vuelve”