"Cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano" Eduardo Galeano.

viernes, 20 de marzo de 2009

OTRA VELA ENCENDIDA

El e-mail dice: Esto fue levantado en el blog de la escuelita ante la lamentable perdida de Gabriel Irastorza de tan solo 7 añitos, el día martes 17 de marzo en un desgraciado accidente; hijo del ex-presidente de nuestra escuela Gustavo Irastorza. La comunidad entera esta dolida y acongojada, me hubiera gustado escribir algo más pero me fue imposible.
Cariños
Miguel Capitán

El Dolor nos Golpeo Duro
Muchas cosas cruzan hoy nuestra mente humana, pero ninguna nos da una razón logica para intentar entender estas cosas que tiene la vida, como razonar ante semejante dolor, hoy estamos tristes, dolidos, acongojados, ante la desaparición física, porque será solo eso físicamente no estará entre nosotros, siempre perdurara en nuestros corazones, en nuestros mejores recuerdos de cada una de las vivencias compartidas, se nos marchó, dejó de ser jugador de nuestra escuelita, para formar parte del equipo de Ángeles celestiales de Dios, GABRIEL, como el Arcángel San Gabriel, es su nombre, hoy quedamos con un vacío que nadie más lo podrá llenar, pero tu nombre no será olvidado nosotros vamos a intentar darle vida cada día que amanezca .... No se nos ocurre escribir nada mas...solamente decirte Gracias por toda esa alegría que nos regalaste, esa luz que irradiabas a tu paso, por habernos permitido ser parte de tus cosas, para la Familia tan cara a nuestros sentimientos podemos decirles que DIOS los ilumine que les ayude a encontrar la paz espiritual y todo nuestro acompañamiento en su profundo dolor. Y recordamos aquel viejo cuento que dice así: LA VELA APAGADA Cuentan que una vez, había un señor que padecía lo peor que le puede pasar a un ser humano: su hijo había muerto. Desde la muerte y por años no podía dormir. Lloraba y lloraba hasta que amanecía. Entonces una noche tuvo un sueño. El estaba en el cielo observando un desfile de muchos chicos vestidos como angelitos, con alitas blancas y una vela encendida entre las manos. El notó, sin embargo, que la vela de un angelito no estaba encendida. Entonces se dio cuenta de que el angelito con la vela apagada era su propio hijo. Avanzando hacia el, lo tomó en sus brazos, lo acarició tiernamente y le preguntó: -¿Por qué tu vela es la única que no está encendida? ¿No encienden tu vela como a los demás? - Si papá, la encienden cada mañana pero cada noche tú apagas la mía con tus lagrimas.