"Cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano" Eduardo Galeano.

viernes, 19 de septiembre de 2008

"...algo está cambiando"

Pueden acercar comentarios, es un escrito del amigo Rafael, en Nqn, una entrada del blog de las alumnas del Profesorado de Letras de Dolores (Pcia.de Bs.As.) que administra la amiga Gabriela http://www.168-significando.blogspot.com
Diego Sachella


MATAR AL POETA

Escribe Rafa Urretaviskaya
“Matar al poeta” forma parte de un trabajo más extenso (“LA LIBERTAD”) que escribo sobre el maestro Luis Fortunato Iglesias. Un maestro rural apasionado ( hoy con unos 90 años y hasta donde se todavía preocupado por el mundo) que trabajó por la zona de Tristán Suarez cuando esta era rural.Tuve oportunidad de entrevistarlo varias veces a él y a sus ex alumnos que se resisten a ser llamados de ese modo ya que para ellos Iglesias, sigue siendo “su” maestro. Conocí un gran hombre.Un hombre lleno de rastros y de marcas, algunas en él mismo, muchas detrás suyo.Lo “grande” a que me refiero es proporcional a su sonrisa y poco tiene que ver con estar viejo.La serenidad de los mayores a veces se me ocurre cansancio, otras resignación o una mezcla de ambas cosas.Este hombre que conocí irradia la serenidad de haber luchado. Está seguro que no tiene nada de otro y que nada de lo que tenía para dar se ha permitido guardarlo.No ha callado nunca y su voz, se mantiene suave y serena.Ha caminado bastante y sus pies siguen firmes.Un hombre sin apuro, que se ha tomado los veinte años que necesitó para esto... diez para aquello.Que desde una escuela con treinta niñas y niños ha soñado otro mundo sabiendo que él debía hacer su parte para que esto suceda.Suena sencillo: saber lo que a cada uno nos toca hacer y no ser tibio en el intento.Conocí a un hombre que ofrece a manos llenas lo que vio.Que atesora el pasado, pero que es futuro.Matar al poetaLos alumnos recorren el camino previsto, aquel que mejor lo reproduce es el mejor y la escuela lo premia; tiene un diez.La paradoja es obvia, la escuela repitiéndose a si misma se suicida, porque claramente inhibe a los que vienen a reformarla y darle posibilidades de vida.El maestro más o menos conciente del mandato (no siempre explicitado), avanza con su plan (¿su plan?) a costas de “matar al poeta”[1].Si el mundo está mal y la escuela en el mundo, no puede premiar a quienes la reproducen y objetar a quienes la transgreden. Sin embargo a quien no va por el camino planeado le toca mentir para conformar, o la exclusión.Si es así, la escuela enseña entonces (enseña de verdad, de modo vivencial) a mentir. A acomodarse. A ser ese que esperan de uno a costas de desactivar lentamente quien se es.¿Puede la escuela, (tiene acaso el derecho), cumplir algún otro rol que el de ser transformadora de la realidad?¿Qué lugar tienen en la escuela los que no siguen el plan? Los que buscan atajos (pienso en el niño Einstein reprobando dos veces consecutivas matemática), los que buscan ir por otros lados, los fabricantes de puentes y laberintos, los que no quieren andar, los que quieren volar.Son los diferentes.Los que van a dar textura a la foto del grado tomada un día martes. Siendo distintos serán visibles no solo ellos, también los demás.El maestro Iglesias tiene este temor y en la búsqueda de que el niño sea, pondrá todo su esfuerzo.Es verdad, planeará él también el camino, pero con toda la actitud puesta en que formar no sea sinónimo de perder. Trabajará por la autonomía y la libre expresión y diseñará herramientas para poder alcanzarlas.Su primer libro “La escuela emotiva”[2], da cuenta profunda de esta preocupación. Los libros siguientes abordarán el problema de ¿cómo hacerlo?“Esas manos entorpecidas y esos espíritus deformados de hombres que giran en la noria con su voz sumisa y su poeta muerto, modelan a su semejanza la vida nueva (...) El niño forcejea, pero inútilmente. Es demasiado riguroso el tácito contrato que los hombres han pactado contra sus propios hijos y los educadores aún no han comprendido que vienen a liberar no a sojuzgar”[3]“Sin hombres nuevos- dice la Dra. Montessoni- con clara conciencia social y fuerza moral para combatir los errores que oscurecen nuestro destino, sólo tendremos hombres cultos.¡Pero ya hay tantos!”Pienso que Iglesias albergó en dos etapas consecutivas lo que ocurrió con las hermanas Cosettini en dos personas,“si Olga demostró que había otra forma de concebir la educación, Leticia probó que en manos de un maestro sensible la vía del arte es la más fértil para llegar al conocimiento, que lo que se inscribe en los sentidos y en el corazón perdura infinitamente más que lo que se inscribe en el cerebro, al menos hasta la adolescencia.”[4]Esto dice Iglesias en “La Escuela Emotiva”:“Son muchos los hombres que arrastran con sus vidas al poeta muerto joven, llorándolo y sabiendo que ya no resucitará con la frescura de los primeros días.También hay hombres vencidos y humillados que nunca se resignarán a saber totalmente perdidas sus antiguas rebeldías, olvidada la fuente sin agua y sin sed, quebrada la voz insobornable en las gargantas.¿Pero, cuándo ha sucedido este tránsito de pérdida y de muerte? ¿Cómo?”Y sita él mismo a Almafuerte en página “apocalíptica”El niño forcejea sólo y desesperado “contra todo lo impuro, injusto y falso que diariamente, hora por hora, minuto por minuto, le imponen sus abuelos, sus padres, sus hermanos, sus tutores, sus amos, sus maestros y hasta postrer viejecillo inservible como un tornillo gastado que, al pasar, tambaleante de ajenjo por un grupo de rapazuelos bulliciosos, se permite gravemente amonestarlos y dictarles su decálogo”.Iglesias muestra feliz su herramienta predilecta, disfruta decir cuál es y donde la ha encontrado.“En una hermosa página, G. Morente invita al aspirante a filósofo a retornar a su infancia, para ver al mundo que lo rodea como si fuera la primera vez, y andar allí con los ojos nuevos, agrandados de asombro, anhelosos de curiosidad y descubriendo e inventando fantasías como un prodigioso hechicero.Infantilizarse, nada menos, aconseja Moriente para llegar a la cima del pensamiento humano. Y Unamuno da comienzo al unamunesco capítulo VIII de sus “Recuerdos de niñez y mocedad” con estas palabras: “El arte se nos revelaba aún antes que la naturaleza. El niño nace artista y suele dejar de serlo en cuanto se hace hombre.”Los apasionadosSobre “Viento de Estrellas”, su propio autor da una opinión inquietante: “testimonio de cuanto puede el niño, cuanto es y cuanto le retacean o roban.”Quiero saber cuanto puede Ceferino, cuanto Eloy, cuanto le robaron a Don Aníbal.Quiero saber cuanto de complicidad tiene la escuela con la económica cagona de Don Aníbal y su calor de a poquito. Con la historia que llama ocupantes ilegales a los dueños legítimos y estancieros a los ladrones.Iglesias buscó con su ensayo de veinte años en una escuela rural “balanceado y expurgado con criterio metodológico”, proponer a los maestros sugerencias donde el trabajo plantea interrogantes (¡vamos maestro, el trabajo con personas es trabajo con interrogantes!).Pensar en Luis Fortunato Iglesias no tiene por principal motivación re-narrar sus búsquedas y aciertos didácticos. Esto ya lo hizo en forma brillante él mismo. Es entonces para invitar a leer sus libros llenos de voces infantiles que dicen todo el tiempo:“somos creativos y la creación puede estar en la escuela, el arte es imprescindible en la escuela porque está en la vida,no hacen falta órdenes hacen falta compromisos y responsabilidades,puedo”;y antes y después de las voces de los alumnos podrá el lector en los libros de Iglesias escuchar la voz de este maestro que no se conformará con presenciar el milagro, lo describirá con amor y paciencia para poder compartirlo.Sus amigos Aníbal Ponce, Jesualdo y Olga Cosettini ya han advertido que “sólo falta que el viento sople del cuadrante adecuado para que el milagro se realice”. De todos modos Iglesias no arriesgará nada, será el viento y la veleta, diseñará las herramientas provoca milagros y las analizará con honestidad y profundidad.El aula polifuncional, los guiones, la autoevaluación y el compromiso, la ayuda mutua, los cuadernos de pensamientos propios, las acuarelas.Todo está en sus libros ofrecido como agua en el desierto, a jarra llena.Lo que no está en forma explícita en sus libros es la pasión y de esto abría que hablar.Es que la pasión vale. Porque no cotiza.Porque no se consigue en las góndolas. Porque la vocación no puede ser transferida al código de barras. Porque no da puntaje.“Solo los apasionados pueden conocer a la infancia, llegar a sus fuentes milagrosas y secretas. Entonces el maestro es un artista que va suscitando y recogiendo a su paso las vibraciones de un mundo encantado.”[5]Ser apasionado entonces es antisistema y eso está bien, porque el sistema está mal.Don Aníbal no tiene la tierra, Eloy se quedó sin la voz origen, el ladrón no está preso y habla en el palco de la rural de Junín de los Andes al lado del gobernador y arriba de los dueños legítimos que escuchan (yo lo vi), a Ceferino no le dan las cuentas, a Belgrano no lo escuchamos y hace más de 200 años que nos escribió sobre el desempleo que hoy nos muerde el alma, los caminos los deben hacer las topadoras, la comunidad tiene 9.776 hectáreas en las que viven cien familias y la estancia de enfrente tiene 3.500 hectáreas para una familia... que vive en el pueblo.Y es mejor ser apasionado. Porque el maestro ha elegido para andar la vida un oficio que se trata de andar con otros. Porque la pasión sirve para despejar nuestro sentido de ser maestros, es decir correr los electrodomésticos. Antes de desearlos saber que no hacen falta para mirar los pibes a los ojos y animarlos a ser... también en la escuela y para toda la única y maravillosa oportunidad de la vida de cada niño-hombre, niña-mujer.El maestro Iglesias trabajó desde un lugar del mundo para treinta chicos que son parte del mundo que debe ser cambiado. Con ingenio, pasión y compromiso.En su experiencia no es una cuestión de plata lograr que la escuela se hermane con la vida y esto es una grata noticia ya que la plata siempre la tienen otros.Las grandes estancias ya se armaron de los títulos legales de las tierras que alambraron, pero los dueños legítimos cuentan con la historia que dice que el pueblo tiene en un galponcito guardadas sus herramientas, la reforma agraria, la memoria...Y hay noticias de América Latina que algo está cambiando. El ex presidente de Brasil, Cardoso, antes de irse y ante la contundencia del reclamo de miles de ciudadanos brasileños por recuperar sus tierras (tan convencidos de la legitimidad que iban por ellas), terminó él mismo entregando algunas de las que reclamaban. Ahora asumió Lula y en su discurso inaugural lo ha dicho: “haremos la reforma agraria”.En la Argentina, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, Mocase, recibe por estos días los palos que ha juzgar por quien golpea, confirman que tomaron el camino de sus derechos y que ya no tiene retorno.
[1] Luis Iglesias, La escuela emotiva
[2] Ediciones Lilulí, 1.945
[3] Luis F. Iglesias “La Escuela Emotiva”
[4] La Escuela Cosettini, Cuna de democracia. Augusto Bianco, Ediciones Amsafé 1.996
[5] Luis Iglesias, “La escuela emotiva”