"Cuando el desencanto se ha convertido en artículo de consumo masivo y universal. Nosotros seguimos creyendo en los asombrosos poderes del abrazo humano" Eduardo Galeano.

sábado, 31 de octubre de 2009

Contrastes
Por Néstor Sappietro
Jueves, 29 de octubre de 2009
http://www.pelotadetrapo.org.ar


(APe).- Los dos informes aparecieron en estos días y se refieren a las expectativas de vida de nuestros pibes...Sin embargo, mientras uno agita la esperanza de una existencia más larga, el otro, reafirma el genocidio y el tamaño de la desigualdad.Uno de los informes, asegura que “la esperanza de vida para los bebes nacidos en este siglo será de 100 años”. La información aclara que para que esto suceda los niños deben cumplir la condición de nacer en países ricos.
El otro informe, denuncia que “cada seis segundos un niño muere de hambre”, y afirma que “este escándalo podría acabar fácilmente si todos los gobiernos tomaran medidas decididas”.
Vale aclarar que los dos documentos emergen del mismo planeta.
Por un lado, los países ricos augurando para los niños que están naciendo, un siglo de vida y que además vivirán ese tiempo extra con una mejor calidad en su existencia que sus antecesores.
Del otro lado, el informe de Action Aid señalando que la tercera parte de los niños del mundo crece malnutrida, y que “por esa causa muchos chicos morirán antes de cumplir cinco años, y los que sobrevivan, sufrirán daños mentales y físicos”.
El contraste es inmoral.
En ambos casos se habla de los pibes que están naciendo.
Mientras para unos se auguran una existencia de 100 años, los otros cargan con el presagio de una vida que será arrancada al poco tiempo de haber nacido.
La directora de Políticas de Action Aid, Anne Jellema, en la presentación del informe recalca que la situación es "vergonzosa porque no hay una buena razón para que nadie pase hambre en el mundo de hoy", al tiempo que recalca que "incluso antes de la crisis alimentaria y financiera, la cifra de personas con desnutrición crónica era extremadamente alta”.Todo sucede en el mismo barrio del Universo.
De un lado, los científicos exultantes anuncian las posibilidades que se abren con el diagnóstico precoz, la mejora de los tratamientos y la disminución de las enfermedades más frecuentes.
Del otro lado, el estudio establece que “los hijos de las madres malnutridas también sufren retrasos del crecimiento cuando aún están en el útero, lo que provoca que el círculo vicioso continúe”.
Millones de vidas que se nos escapan antes de cumplir los cinco años...
Su sistema inmunológico está menos desarrollado. Mueren de enfermedades fáciles de prevenir y de tratar.
No hay argumentos morales que puedan explicarlo. Las razones sólo pueden encontrarse en la avaricia y el desprecio de los dueños del mundo.
En el documento presentado este año por la Oxfam Internacional se afirma que con los 8,4 billones de dólares comprometidos por los países ricos para salvar a sus bancos de la crisis se podría acabar con la pobreza extrema durante 50 años y significaría un paso gigante para terminar con ella definitivamente.
Dice la voz popular que las comparaciones son odiosas...Se podría agregar que cuando está en juego la esperanza de vida de nuestros pibes, cuando la desmesura de lo injusto y la magnitud de la infamia aparecen tan visibles... las comparaciones, lastiman el alma.

Fuente de datos:Diario El Litoral - Santa Fe 16-10-09 / Publico.es 02-10-09 y Oxfam Internacional 01-04-09

domingo, 25 de octubre de 2009

Peregrinación Villegas-Lujan

llegarán a la Basílicca el 1 de Noviembre a las 11 horas
Acompañémoslos

Oración del Campo
Señor,Tú que creaste la tierra
y sembraste en ella la vida que germina,
haz que la trabajemos con corazón de hijo.
Tú, que viviste en Cristo entre surcos,
haz que habitemos con corazón de hermano.
Tú, que en el espíritu fecundas las obras de los pobres,
pon en nuestras vidas la fe que empuja,
la esperanza que alienta y la caridad que dignifica.
Que tu presencia, Señor,
colme la soledad de nuestros campos.
Que tu promesa alivie la angustia de nuestra espera.
Y que tu amistad dignifique la fatiga de nuestro esfuerzo
para que sepamos dar al campo lo que el campo nos da.
Que la virgen, nuestra señora, guíe nuestra marcha,
como patrona del campo argentino,
por el camino que conduce a la plenitud de la patria.
Amén

miércoles, 21 de octubre de 2009

...la peor de las desgracias"

Empachados de hambre
http://www.reynaldosietecase.com.ar/2009/10/16/empachados-de-hambre/
Qué es el hambre? La respuesta sólo la pueden dar los que la sintieron alguna vez. A pedido del diario Crítica de la Argentina, publiqué esta colaboración para el suplemento 3 hemisferios. La idea era sumar tres miradas diferentes sobre un mismo tema que duele, pero nunca lo suficiente.
1.
¿Alguna vez revolviste una bolsa de basura buscando comida?
¿Comiste una fruta o un pedazo de pollo frío recién rescatado de un tacho de residuos?
¿Te desmayaste de hambre alguna vez?
¿Se puede hablar del hambre sin haberla sufrido?
Se puede, pero no es lo mismo.
¿Tiene sentido volver a escribir sobre el hambre?
Sí, pero no alcanza.
Para comer de la basura sin que el asco te espante hay que tener hambre de verdad. Sentir en el cuerpo ese malestar profundo que rompe todas las inhibiciones y las barreras.
Para comer de la basura hay que estar empachado de hambre.
2.
4 millones de argentinos tienen problemas para alimentarse.
10 por ciento de la población se levanta cada mañana sin saber si podrá conseguir comida para su familia. (Estos datos surgen de estimaciones privadas ya que los últimos datos oficiales son del 2004).
1.861.831 menores no tienen los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas.
2.300.000 de indigentes no tienen garantizada la comida diaria.
8 niños mueren por día por causas vinculadas a la desnutrición (información brindada por la Red Solidaria)
1.000 millones de personas pasan hambre en todo el mundo de acuerdo a una medición de Naciones Unidas.
Los números no dicen nada. Todas estas cifras sobre el hambre se publicaron en las últimas dos semanas en distintos medios gráficos de la Argentina.
Los lectores los pasaron rápido entre tostada y tostada. Dieron vuelta la hoja del diario y listo, allí se toparon con la guerra por le Ley de Medios o las desventuras del equipo de Diego Maradona.
Las cifras del hambre sólo duran unos segundos de indignación. Los números por sí solos, no dicen nada.
3.
El hambre tiene nombre y apellido. El hambre tiene cara.
Barbarita Flores tenía 9 años en el 2002. Los argentinos no conocían su existencia hasta que se desmayó de hambre en su escuela del barrio ATE de San Miguel de Tucumán. Recuerdo que en una reunión de producción del programa Día D, que conducía Jorge Lanata por América, recibimos un cable de una agencia de noticias que decía: “Chicos tucumanos se desmayan de hambre en la escuela”. La primera reacción fue de desconcierto e incredulidad. Aunque el país era un incendio, igual dudamos: ¿Será verdad? La única manera de saberlo era viajar. María Julia Oliván fue la cronista que mostró por primera vez la carita desconsolada de Bárbara y la cruel realidad en la que vivía junto a sus siete hermanos. Hacinados y sin cloacas. Cuando se desvaneció la nena llevaba 24 horas sin comer. Apenas había tomado un mate cocido.
Aquella nota conmovió al país. Hizo que llegara ayuda para su familia y motivó la preocupación de las autoridades. También le permitió a su papá obtener un trabajo. La nota desnudó una historia de la Argentina profunda, una historia de tantas. Reveló también la inacción oficial ante esa tragedia cotidiana.
Una semana después, invitamos a Barbarita al programa de tele cuando no hacía falta. La nota ya estaba cerrada con el viaje y el informe. Fue una estupidez. Todavía me arrepiento de haber producido aquella fallida entrevista de Lanata. Barbarita no pudo articular palabra. Estaba tremendamente avergonzada ante las cámaras. Ella se había desmayado de hambre, nosotros nunca podríamos entender la dimensión real de su drama.
4.
En la última campaña electoral todos los candidatos propusieron algún tipo de plan para mitigar el hambre entre los chicos argentinos. Con distinto grado de indignación desde la izquierda a la derecha, desde los más liberales hasta los más conservadores, rechazaron la idea de que en un país que produce comida para millones existan niños con problemas de alimentación.
Hay cinco proyectos en el parlamento nacional para crear “un ingreso universal para la niñez”. La idea no es nueva. La Coalición Cívica la impulsa desde 1996 y la Central de los Trabajadores Argentinos la tiene como una de sus principales reivindicaciones sociales. En el gobierno dicen que la plata no alcanza y que el esfuerzo económico ronda los 20 mil millones.
Sin embargo, pasan los días y no pasa nada. Alberto Morlachetti, coordinador del Movimiento de los Chicos del Pueblo (impulsor de la campaña “El hambre es un crimen”), está indignado por la demora: “cada niño que muere es irremplazable y los que sobreviven mal alimentados sufren daños irreparables”. Dice bien. El hambre tiene consecuencias devastadoras en la infancia: las conexiones interneuronales no terminan de conformarse y eso provoca retrasos graves e irreversibles. No sólo se trata de chicos más bajitos y panzones. Bernardo Klikberg las llama “las marcas invisibles del hambre”.
5.
Hay hambres voluntarias. Ayunos místicos y hambres heroicas. Desde Mahatma Gandhi hasta los presos del IRA, la decisión de no ingerir alimentos se convirtió en un gesto de desobediencia civil. Una manera de rechazar la opresión y la injusticia.
Siempre me impresionó un poema de Nazim Hikmet escrito al quinto día de una huelga de hambre. El escritor turco estuvo una década preso por su militancia comunista: “Si no consigo expresar bien, hermanos,/ Lo que quiero decirles,/ Tendrán que disculparme:/ Siento algunos mareos,/ me da vueltas un poco la cabeza./ No es alcohol./ Apenas, es un poquito de hambre./ Hermanos,/ Los de Europa, los de Asia, los de América./ Yo no estoy en prisión ni en huelga de hambre./ Me he tendido en el césped, esta noche de mayo,/ Y los ojos de ustedes me miran de muy cerca,/ lucientes como estrellas./ En tanto que sus manos/ son una sola mano estrechando la mía,/ como la de mi madre,/ como la de mi amada,/ como la de la vida.”
6.
¿El hambre vino con Colón?
En Argentina hay treinta pueblos indígenas y más de 600 mil personas se reconocen como tales. Un cuarto de esos hogares tiene sus necesidades básicas insatisfechas. Muchos niños Mbyá-Guaraní, Wichis y de otras etnias pasan hambre. La situación sanitaria en los hogares indígenas hace que las diarreas, las infecciones respiratorias y la parasitosis, todas enfermedades curables, se conviertan en fatales para los recién nacidos.
Unicef acaba de lanzar una Campaña por los Derechos de la Niñez y la Adolescencia Indígena para crear conciencia sobre estos niños que viven lejos de los centros urbanos, sin documentos, sin asistencia sanitaria, sin escuelas bilingues, discriminados y sin respeto a sus costumbres y tradiciones.
El hambre de los antiguos dueños de la tierra tiene relación directa con la llegada del hombre blanco al continente americano. “Ya no hay montes, no hay animales para cazar, ni frutos del río, ni tierras para sembrar”, se quejan.
“Los indígenas están un escalón más abajo que los más pobre de los pobres. Y parece que a nadie le importa eso”. La frase me la dijo Samuel Ruiz, Obispo de Chiapas en pleno furor mediático por el levantamiento zapatista en México. Nunca lo olvidé.
7.
La mayoría de las personas reconoce que haría cualquier cosa por sus hijos. Pero les cuesta aceptar que el hambre pueda ser un motor del delito.
“En Argentina no come el que no quiere”, dicen.
8.
El Gato Dumas, maestro cocinero, perdió su primer nombre en una cacerola. Se inició en el oficio de encantar con las comidas mirando cocinar a su abuelo, el escultor Alberto Lagos. El Gato tenía entonces tres años y un destino prefijado: mejorar con su impronta la gastronomía nacional. Una vez me animé a preguntarle sobre el hambre: “no sé si puedo describirlo –me advirtió– pero creo que es lo peor del mundo, la peor de las desgracias”.

martes, 20 de octubre de 2009

Epílogo


Pacto entre derrotados.
Ernesto Sabato

Hemos fracasado
sobre los bancos de arena del racionalismo
demos un paso atrás y volvamos a tocar
la roca del misterio
Urs von Balthasar


Te hablo a vos, y a través de vos a los chicos que me escriben o me paran por la calle, también a los que me miran desde otras mesas en algún café, que intentan acercarse a mí y no se atreven.

No quiero morirme sin decirles estas palabras.Tengo fe en ustedes. Les he escrito hechos muy duros, durante largo tiempo no sabía si volverles a hablar de lo que está pasando en el mundo. El peligro en que nos encontramos todos los hombres, ricos y pobres.

Esto es lo que ellos no saben, los hombres del poder. No saben que sus hijos, también están en esta pobre situación.

No podemos hundirnos en la depresión, porque es de alguna manera un lujo que no pueden darse los padres de los chiquitos que se mueren de hambre. Y no es posible que nos encerremos cada vez con más seguridades en nuestro hogares.Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está afuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las que están en peligro.

Les escribo un verso de Holderlin:
El fuego mismo de los dioses día y noche nos empuja a salir adelante. ¡Ven! Miremos los espacios abiertos, busquemos lo que nos pertenece, por lejano que esté.

Sí, muchachos, la vida de mundo hay que tomarla como la tarea propia y salir a defenderla. Es nuestra misión.

No cabe pensar que los gobiernos se van a ocupar. Los gobiernos han olvidado, casi podría decirse que en el mundo entero, que su fin es promover el bien común.

La solidaridad adquiere entonces un lugar decisivo en este mundo acéfalo que excluye a los diferentes. Cuando nos hagamos responsables del dolor del otro, nuestro compromiso nos dará un sentido que nos colocará por encima de la fatalidad de la historia.

Pero antes habremos de aceptar que hemos fracasado. De lo contrario volveremos a ser arrastrados por los profetas de la televisión, por los que buscan la salvación en la panacea del hiperdesarrollo. El consumo no es un sustituto del paraíso.

La situación es muy grave y nos afecta a todos. Pero aún así, hay quienes se esfuerzan por no traicionar los nobles valores. Millones de seres en el mundo sobreviven heroicamente en la miseria. Ellos son los mártires.

Se los ve bajando de los trenes, de los ómnibus, después de inhumanas jornadas de trabajo, o desolados cuando no lo consiguen. Se les ve en las mujeres gastadas a los treinta años por los hijos y la urgencia de salir a trabajar por pagas miserables. Se les ve en los chicos de la calle, en los ancianos que duermen en los subtes. En todos los hombres abandonados en el sufrimiento y en su indigencia.

Una vez le preguntaron a Passolini por qué se interesaba en la vida de los marginados, como el protagonista de Mama Roma, y él respondió que lo hacía porque en ellos la vida se conserva sagrada en su miseria.

En un archivo donde colecciono papeles, recortes que me ayudan a vivir, tengo una fotografía del terremoto que destruyó hace años Concepción de Chile : una pobre india, que ha recompuesto precariamente su ranchito hecho de chapas de zinc y de cartones, está barriendo con una escoba ese pedazo de tierra apisonada delante de su casucha. ¡Y uno se hace preguntas teológicas! ¡Cuánto más demostrativa es la imagen de la pobre indiecita que sigue barriendo su casa y cuidando a sus hijos! Esta clase de seres nos revelan el Absoluto que tantas veces ponemos en duda, cumpliéndose en ellos, como dijera Holderlin, que donde abunda el peligro crece lo que salva. Cada vez que hemos estado a punto de sucumbir en la historia nos hemos salvado por la parte más desvalida de la humanidad. Tengamos en consideración entonces las palabras de María Zambrano: “No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero”. Muchas utopías han sido futuras realidades.

Son muchos los motivos, me dirás, podrías decirme, para descreer de todo.
Los jóvenes como vos, herederos de un abismo, deambulan exiliados en una tierra que no les otorga cobijo. En este desguarnecimiento existencial y metafísico, sufren huérfanos de cielo y de techo. Comprendo tu congoja, el desconcierto de pertenecer a un tiempo en que se han derrumbado los muros, pero donde aún no se vislumbran nuevos horizontes. Falsas luminarias pretenden cautivar tu voluntad desde las pantallas. Debés de pensar que no hay un cambio posible cuando el valor de la existencia es menor que el precio de un aviso publicitario. El escepticismo se ha agravado por la creciente resignación con que asumimos la magnitud del desastre. La banalidad con que se degradan los sentimientos más nobles, degenerando al hombre en una patética caricatura, en un ser irreconocible en su humanidad.Yo también tengo muchas dudas, y en ocasiones llego a pensar si son válidos los argumentos con que he intentado hallarle sentido a la existencia. Me reconforta saber que Kierkegaard decía que tener fe es el coraje de sostener la duda. Yo oscilo entre la desesperación y la esperanza, que es la que siempre prevalece, porque si no la humanidad habría desaparecido, casi desde el comienzo, porque tantos son los motivos para dudar de todo. Pero por la persistencia de ese sentimiento tan profundo como disparatado, ajeno a toda lógica -¡qué desdichado el hombre que sólo cuenta con la razón!- , nos salvamos, una y otra vez, sobre todo por las mujeres; porque no sólo dan la vida, sino que también son las que preservan esta enigmática especie. No en vano, en una de las culturas cuya sabiduría es milenaria, se creía que el alma de una mujer que moría en medio del parto, era conducida al mismo cielo que el guerrero vencido en un combate.

Por eso te hablo, con el deseo de generar en vos no sólo la provocación sino también el convencimiento.

Muchos cuestionan mi fe en los jóvenes, porque los consideran destructivos o apáticos. Es natural que en medio de la catástrofe haya quienes intenten evadirse entregándose vertiginosamente al consumo de drogas. Un problema que los imbéciles pretenden que sea una cuestión policial, cuando es el resultado de la profunda crisis espiritual de nuestro tiempo.Yo reafirmo a diario mi confianza en ustedes. Son muchos los que en medio de la tempestad continúan luchando, ofreciendo su tiempo y hasta su propia vida por el otro. En las calles, en las cárceles, en las villas miseria, en los hospitales. Mostrándonos que, en estos tiempos de triunfalismos falsos, la verdadera resistencia es la que combate por valores que se consideran perdidos.
Durante mi viaje a Albania, conocí un muchacho llamado Walter, que había dejado su casa en la provincia de Tucumán, para ir a cuidar enfermos junto a la congregación de Teresa de Calcuta. Con cuánta emoción lo recuerdo. Siempre que veo las terribles noticias que nos llegan desde aquel entrañable país, me pregunto dónde estará, si acaso leerá estas palabras de reconocimiento a su noble heroísmo.
Son millones los que están resistiendo, vos mismo lo podés comprobar cuando ves a esos hombres y mujeres que se levantan a altas horas de la madrugada y salen a buscar un empleo, trabajando en lo que pueden para alimentar a sus hijos y mantener honradamente al hogar, por modesto que sea. ¿Te detuviste a pensar cuántos en todo el país comparten esta hambre por la dignidad y la justicia?Miles de personas, a pesar de las derrotas y los fracasos, continúan manifestándose, llenando las plazas, decididos a liberar a la verdad de su largo confinamiento. En todas partes hay señales de que la gente comienza a gritar: “¡Basta!”. Lo mismo ocurre con el movimiento zapatista en México, y con todos los movimientos que nos advierten el peligro que corre el futuro del planeta.

Hay que recordar que hubo alguien que derribó al imperio más poderoso del mundo con una cabra y una rueca simbólica. Una salida posible es promover una insurrección a la manera de Ghandi, con muchachos como vos. Una rebelión de brazos caídos que derrumbe este modo de vivir donde los bancos han reemplazado a los templos.Esta rebelión no justifica de ningún modo que permanezcas en una torre, indiferente a lo que pasa a tu lado. Ghandi advirtió que es una mentira pretender ser no violento y permanecer pasivo ante las injusticias sociales. Por el contrario, creo que es desde una actitud anarcocristiana que habremos de encaminar la vida.
Ya no quedan locos, se murió aquel manchego, aquel estrafalario fantasma en el desierto. Todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo.

Esta locura, cuya ausencia León Felipe lamenta, es un acto similar a la del estoico Guevara, cuando abandonó todas las comodidades y partió hacia una lucha insensata en la selva boliviana, enfermo de asma, ya sin remedios para su mal; para terminar asesinado por despiadados y repugnantes bichos. ¿Qué importa si se equivocaba con el materialismo dialéctico? Eso mismo prueba su inocencia, su autenticidad. Luchaba por aquel Hombre Nuevo que hoy nos urge rescatar de los escombros de la historia. En su carta final les dice a sus padres: “Queridos viejos, otra vez siento bajo mis talones el costillar de Rocinante, vuelvo a mi camino con mi adarga al brazo”; y entonces sale en busca de lo que Rilke llamaría su muerte propia. Esa es su grandeza, que algunos consideran su chiquilinada, su tontería; pero estos gestos de heroísmo demencial son los que nos rescatan de tanta iniquidad, porque no se puede vivir sin héroes, santos ni mártires. Como esos estudiantes que en la plaza de Tian-An-Men, en una horrible masacre, murieron al imponerse ante el implacable acero de los tanques. Son ellos los que nos indican los caminos por los que la vida puede renacer.Vivimos un tiempo en que el porvenir parece dilapidado. Pero si el peligro se ha vuelto nuestro destino común, debemos responder ante quienes reclaman nuestro cuidado.

Hace poco he visto por televisión a una mujer que sonreía con inmenso y modesto amor. Me conmovió la ternura de esa madre de Corrientes o del Paraguay, que lagrimeaba de felicidad junto a sus trillizos que acababan de nacer en un mísero hospital, sin abatirse al pensar que a éstos, como a sus otros hijos, los esperaba el desamparo de una villa miseria, inundada en esos momentos por las aguas del Paraná. ¿No será Dios que se manifiesta en esas madres? ¿Por qué tendría que manifestarse sólo en poetas como Juan de la Cruz o en las sagradas pinturas de Rouault?

Si toda la resistencia parece absurda cuando se presiente el fin, ¿por qué no detenernos a meditar en estos santos? ¿Acaso no son una muestra de que algo existe del otro lado del absurdo?

No sabemos si al final del camino, la vida aguarda como un mendigo que nos extenderá la mano.

Esta fe demencial, o milagrosa, se debe precisamente a que hemos llegado a tocar fondo. Es necesario preservar los lugares que existen hasta en los suburbios de las grandes ciudades, donde aún se conservan los atributos del hombre concreto de carne y hueso.

Cuando el mundo hiperdesarrollado se venga abajo, con todos sus siderántropos y su tecnología, en las tierras del exilio se rescatará al hombre de su unidad perdida. Y quizá, cuando despertemos de esta siniestra pesadilla, cuando un vacío de humanidad nos duela en el pecho, entonces recordaremos que alguna vez fuimos aquello que dijo René Char: “Seres del salto, no del festín, su epílogo”.

Me hablás de tu agitación, de una especie de temblor que te sobrecogió y aún perdura, luego de nuestra conversación en aquel café, al oirme decir estas palabras.

Debés perdonarme; a pesar de los años, no puedo evitar ser desmesurado en lo que considero fundamental.Por otro lado, ¡hay temblores que son tan importantes! Porque anteceden a esa clase de decisiones que sacuden los cimientos de nuestra existencia y, aunque generen incomprensión, terminan repercutiendo en el destino de los demás. Los grandes creadores realizan sus obras bajo tensiones similares. Sólo lo que se hace apasionadamente merece nuestro afán, lo demás no vale la pena.También yo quise huir del mundo. Ustedes me lo impidieron, con sus cartas, con sus palabras por las calles, con su desamparo.

Les propongo entonces, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso : salgamos a los espacios abiertos, arriesguémosnos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante. Quizá ya lo esté haciendo, de un modo silencioso y subterráneo, como los brotes que laten bajo las tierras del invierno.

Algo por lo que todavía vale la pena sufrir y morir, una comunión entre hombres, aquel pacto entre derrotados. Una sola torre, sí, pero refulgente e indestructible.

En tiempos oscuros nos ayudan quienes han sabido andar en la noche. Lean las cartas que Miguel Hernández envió desde la cárcel donde finalmente encontró la muerte :
Volveremos a brindar por todo lo que se pierde y se encuentra: la libertad, las cadenas, la alegría y ese cariño oculto que nos arrastra a través de toda la tierra.

Piensen siempre en la nobleza de estos hombres que redimen a la humanidad. A través de su muerte nos entregan el valor supremo de la vida, mostrándonos que el obstáculo no impide la historia, nos recuerdan que el hombre sólo cabe en la utopía.

Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido.

martes, 13 de octubre de 2009

¡¡¡Buenas Noticias!!!

GUIDENSES EN LA JUSTA DEL SABER

En los pasados días 30 de Septiembre y 7 Octubre se llevó a cabo en la ciudad de Dolores la 8º edición de la Justa del Saber organizada por el Rotary Club de Dolores. En esta ocasión, y como en todas las ediciones anteriores,
la Escuela de Educación Media Nº 1 de General Guido fue representada por un equipo; en esta oportunidad se conformó con los alumnos Sofía Alza, Catriel Arias, Solange Fantini, Elisabet Reinaga, Facundo Recalt, Yací Capitán, Rocío Cardozo Tejerina, Franco Lorente, Rodrigo Martínez, María Fernanda Rocha y Hernán Troullet, de 1º, 2º y 3º Año Polimodal.
Al cabo de la primera Jornada el representativo de la Escuela Guidense ocupaba la segunda colocación detrás de la Escuela Normal de Dolores, y escoltada por las ecuelas de General Conesa, Lezama y los dos representativos de la ciudad de Maipú.

En la segunda de las jornadas, y en una clima muy interesante de competencia cultural no exenta de la camaradería y cordialidad que corresponde, se llegó a conformar el podio final donde le correspondió el primer puesto a la Escuela Normal de Dolores con 190 puntos, el segundo a la Escuela Media Nº 2 de Lezama, con 150 puntos y el tercer lugar quedó para la Escuela de Educación Media Nº 1 de General Guido, con meritorios 130 puntos.
La alegría de estos alumnos es sólo comparable a la de sus pares que alcanzaron idéntica ubicación en el año 2.005, y se transmitió durante la preparación y desarrollo de este certamen a toda la comunidad de la escuela.
Muchas felicitaciones a estos alumnos que hoy ven coronado su esfuerzo y dedicación puesta con este importante lauro a nivel regional, y que de aluna manera señala el camino a seguir para sus compañeros actuales de la escuela y de generaciones posteriores, los que en la continuidad del trabajo, la persistencia del esfuerzo, y con la compañía de sus pares y profesores podrán progresar en el camino del mejoramiento personal.
Muchas felicitaciones también a la Profesora Sandra Heredia, quien a lo largo de todos estos años ha sostenido el estímulo sobre los alumnos para la continuidad de la participación en búsqueda del mejoramiento permanente con independencia del resultado alcanzado.
Fuente:
http://semanamaipuense.com.ar

domingo, 4 de octubre de 2009

viernes, 2 de octubre de 2009

En un país productor de alimentos...


¿Cuánto vale un niño?

Durante la última campaña electoral, todos los candidatos anunciaron que se ocuparían de impulsar algún tipo de subsidio para asistir a los niños pobres de la Argentina. En un país productor de alimentos, el fenómeno de la infancia desnutrida es lacerante. Más de seis millones de pibes menores de 18 años son pobres.
Oficialistas y opositores, de izquierda y de derecha, liberales y estatistas, progres y conservadores, coincidieron en las tribunas electorales en esa idea. Sin embargo, a tres meses de los comicios, como ocurrió con las promesas unánimes de sancionar un nuevo sistema de responsabilidad penal para menores, la ayuda económica para los niños desapareció de la agenda política.
Alberto Morlachetti, coordinador del Movimiento de los Chicos del Pueblo e impulsor de la campaña “Ni un pibe menos” y “El hambre es un crimen”, con una mezcla de tristeza e ironía suele hacer una recomendación oftalmológica, “ya que los dirigentes parece que no ven lo que pasa”. Según la Red Solidaria, la situación es dramática: una de cada cinco personas no puede comprar lo que necesita para alimentarse y, asimismo, estima que ocho niños mueren por día por causas vinculadas a la desnutrición.
Mientras tanto, las cifras de la pobreza son manipuladas. El INDEC anunció hace una semana que los niveles de pobreza e indigencia bajaron (al 13,9 y 4 por ciento, respectivamente). Los dibujos oficiales ubican la frontera de una vida digna en un nivel que está en la mitad del que establece cualquier consultora seria, incluso las que elaboran las empresas de medición satélites del gobierno (esas que manejan los amigos del poder cobrando contratos millonarios). La cuestión de las cifras es clave. ¿Cómo se pueden establecer políticas públicas eficaces sobre la base de datos falsos?
“Estos números son una ofensa, porque lo que hay que entender es que cada niño que muere es irreemplazable y los que sobreviven mal alimentados sufren daños irreparables”, señala Morlachetti. Los especialistas coinciden en que, cuando un niño crece con hambre, sus conexiones interneuronales no terminarán de conformarse y eso le provocará retrasos que lo acompañarán toda la vida. Los niños sin proteínas son presa fácil de enfermedades que, si estuvieran bien alimentados, podrían evitar con facilidad.
Desde el Gobierno rechazan la discusión por las cifras y dicen que “lo importante es que estamos mejor que hace cinco años”. Tal vez sea cierto, pero los números disfrazados no pueden borrar la emergencia. Apenas un ejemplo: según Rolando Núñez, de la agrupación Nelson Mandela, “hay un 64% de niños chaqueños en la pobreza”. Unicef acaba de lanzar una campaña a favor de los derechos de los niños y adolescentes indígenas de la Argentina. Se trata de los niños más castigados por la miseria. Las organizaciones sociales y los comedores populares registran, día tras día, el incremento de la demanda alimenticia. El hambre se convirtió en una marca latinoamericana: se estima en nueve millones la cantidad de niños desnutridos en la región.
La Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) lanzó la idea de establecer un ingreso básico y universal para cada niño. La Coalición Cívica fue el primer partido político que impulsó la propuesta en 1996, pero en la última elección perdió la exclusividad: todos los candidatos se sumaron con propuesta similares. Hasta Francisco de Narváez y Mauricio Macri hablaron de establecer una ayuda económica.
Según lo consigna el semanario El Parlamentario, en el Congreso Nacional hay cinco proyectos sobre subsidios a la niñez. Los de los diputados Claudio Lozano (Proyecto Sur) y Silvia Augsburger (Partido Socialista) y el de la senadora Elena Corregido (Frente para la Victoria) contemplan 125 pesos por mes y por niño. La del senador radical Ernesto Sanz establece 100 pesos por mes, 200 más por año y 30 pesos más como una reserva mensual para estudios. El proyecto de la diputada Elisa Carca de la Coalición Cívica (elaborado originalmente con Elisa Carrió) establece 130 pesos por mes hasta los cinco años y 214 entre los 5 y los 18 años.
La decisión política no será fácil. El principal argumento en contra que esgrime el oficialismo es “¿cómo hacerlo? ¿Con qué plata?”. Y agregan: “No se puede aumentar impuestos porque los sectores más prósperos ya se negaron a ceder parte de su renta vía retenciones”. Pero ésa es una verdad a medias.
La universalización de los planes por hijo insumiría entre 20 mil y 30 mil millones de pesos por año, lo que equivale a un diez por ciento del total de los gastos del Estado. La mayoría de los legisladores que presentaron proyectos sugieren financiarlo reorientando planes sociales existentes, reformulando regímenes de promoción económica, gravando las rentas extraordinarias de empresas petroleras o mineras y eliminando exenciones, como las Ganancias en la renta financiera.
Superada la discusión por la ley de medios audiovisuales, la dirigencia política debe cumplir con el compromiso asumido en la última campaña y transformar el combate contra el hambre como la madre de todas las batallas de la democracia. Hay que invertir en el futuro. Hay que salvar a los niños. Si no pueden acordar sobre este tema, no podrán acordar nada.